La realización de mis trabajos está irremediablemente ligada a mi crecimiento. Me enfoco en lo más íntimo de lo humano: la intuición, la percepción, el misterio… Trato de asir la verdad que, a veces secretamente, habita en cada uno al margen de lo somático.
Para ello utilizo el retrato, el paisaje, al ser humano y su ilusión. Imágenes con las que quiero conversar: la materia, su comportamiento, densidad, opacidad o transparencia, carga y aportes plásticos suman capas de lectura sobre mi trabajo.
Colocar una cabeza, un rostro o un cuerpo, es invocar las historias que cada sujeto tiene, sus memorias, las cuestiones que condicionan su vida por una necesidad que a menudo no es propia. Son estos personajes quienes se debaten entre una definición y un significado, lo que son al lado de lo que creen ser, en su ejercicio de soltar y de introducir.
Quiero contar mis reflexiones a través de la imagen de otras personas, desde lugares diferentes, desde otros tiempos; dar la sorpresa de las cualidades que se repiten y se comparten.
Nuestra mirada activa las particularidades que posee la naturaleza como creación, como revelación. La conciencia de nuestro origen , de que somos más que materia, nos permite asomarnos con más claridad a entender el significado de las cosas.